Detalles
Qué incluye
- Entradas al museo Choco Story de París.
- Degustación y taller.
Desde
Si estás planeando una visita a París y te apetece una experiencia diferente, el museo Choco-Story puede ser justo lo que estás buscando. A simple vista no llama demasiado la atención desde la calle, pero en cuanto cruzas la puerta, el aroma dulce y envolvente y el ambiente tranquilo te hacen olvidar el ritmo de la ciudad.
El recorrido está bien organizado y permite avanzar a tu propio paso. Comienza con una mirada a las antiguas civilizaciones mesoamericanas y su relación con este fruto ancestral. Más adelante, se explora su llegada al continente europeo y la evolución de sus usos a lo largo del tiempo.
Las vitrinas exhiben moldes antiguos, utensilios de confitería, tabletas históricas y curiosidades que capturan la atención de grandes y pequeños. La visita se disfruta sin prisas y siempre deja espacio para la sorpresa.
La parte más especial del recorrido es la experiencia práctica. Asistirás a una demostración en directo donde un maestro chocolatero muestra cómo se trabaja esta materia prima con precisión y técnica. Luego, durante la degustación, podrás probar diferentes variedades de origen africano, sudamericano y asiático. Cada muestra tiene matices propios que revelan características únicas según el territorio, el clima y el proceso de elaboración.
El momento más esperado es el taller artesanal. Allí, cada participante elabora sus propias figuras o tabletas decoradas, utilizando ingredientes variados y herramientas reales. El ambiente es acogedor, ideal tanto para adultos como para niños a partir de siete años. Al finalizar, te llevas tus creaciones, pero también un recuerdo muy personal de haberlas hecho con tus propias manos.
Consejo útil: conviene reservar con antelación, sobre todo en fines de semana o vacaciones escolares. Las plazas para el taller son limitadas y se agotan con rapidez.
Choco-Story no es una atracción turística al uso. Es un lugar que se recorre sin prisa, donde se prueba con atención, se crea con las manos y se disfruta de verdad. Si te apetece salirte un poco del circuito típico y volver con algo más que una foto, este plan merece la pena.