Cuando cruzas el umbral de esta antigua mina, algo cambia. La luz, el sonido, incluso la forma en la que el suelo responde bajo tus pies. Frente a ti se abre un paisaje de roca viva, donde la historia geológica se hace presente sin necesidad de palabras grandilocuentes.
El taller comienza al aire libre, en una antigua zona de extracción a cielo abierto. Entre grandes bloques de piedra, se levanta un pequeño refugio rodeado de naturaleza. Allí, durante media hora, tendrás en tus manos minerales y rocas reales. No solo los verás: los tocarás, los compararás, aprenderás a reconocer sus formas y texturas, mientras el entorno actúa como un recordatorio constante de su origen. Aquí todo se observa con calma, sin prisas, en contacto directo con el paisaje.
Después, el recorrido desciende hacia el corazón de la mina. Te colocas el casco con luz frontal y avanzas por galerías excavadas hace décadas, donde el silencio y la temperatura constante te envuelven. Es un paso atrás en el tiempo, una forma de mirar el subsuelo como lo hacían los antiguos mineros. En las paredes afloran minerales, y en ciertos rincones surgen formaciones extrañas y hermosas, como las psolitas, que crecen lentamente, como si la tierra las esculpiera con paciencia.
No es solo una actividad, es una forma distinta de estar en el mundo durante un rato. Una invitación a mirar lo que normalmente está oculto.
¿Te animas a bajar con nosotros?