El Muro de Berlín se construyó en 1961 y dividía la ciudad en dos: el sector oriental, bajo control de la República Democrática Alemana, y el occidental, integrado en la República Federal de Alemania. Su trazado atravesaba barrios, calles y hasta jardines, convirtiéndose en una frontera física en pleno centro urbano. En total llegó a tener más de 150 kilómetros de longitud, rodeando completamente Berlín Oeste y separándolo del territorio que lo rodeaba. No se trataba de un único muro, sino de un sistema de muros, alambradas, torres de vigilancia y franjas de seguridad conocido como “franja de la muerte”. Durante casi tres décadas fue el símbolo más visible de la Guerra Fría y de la división política y social de Europa.
