La fuente de la India en La Habana, Cuba

Free tour nocturno por La Habana

Duración
4 h aprox.

Cancela gratis y paga lo que creas justo

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Detalles

  • Duración:
    4 h aprox.
  • Nivel de la actividad: 1/5 Nivel bajo
  • Esta actividad no es apta para personas con movilidad reducida
  • Actividad no apta para carros o sillas de bebé
  • Mascotas no permitidas
  • Bono digital. No es necesario que lleves tu reserva impresa
  • Punto de encuentro:
    Fuente de La India.

Qué incluye

  • Free tour con guía local.

Cancelaciones

  • Esta actividad no admite modificaciones ni cancelaciones.

¿Qué harás?

El punto de encuentro tiene lugar frente al hotel Saratoga, junto a la fuente de la India, donde comienza un recorrido a pie por la noche más animada de La Habana.

La caminata se inicia por la calle O’Reilly, una de las arterias con más carácter del casco histórico, rodeada de fachadas coloniales y ecos de una ciudad que nunca duerme. La primera parada es un bar muy frecuentado por locales, donde reina la atmósfera de la vida nocturna tradicional cubana. En este espacio emblemático, quienes lo deseen pueden disfrutar por cuenta propia de un auténtico daiquirí, el cóctel más célebre de Cuba, íntimamente ligado al escritor Ernest Hemingway, cuya afición por esta bebida se ha vuelto casi leyenda en la ciudad.

El paseo continúa rumbo al mar, atravesando calles animadas hasta alcanzar un local con terraza. Desde allí se contempla una impresionante panorámica del castillo del Morro, uno de los íconos de la bahía habanera. Este mirador improvisado es también un lugar ideal para saborear una canchánchara, mezcla típica a base de agua ardiente de caña, miel y zumo de limón o lima, que representa uno de los sabores más genuinos de la isla.

La experiencia no solo se disfruta con el paladar, sino también con el ritmo, el ambiente y las historias compartidas.

Después de aproximadamente tres horas y media de recorrido, el grupo se despide en un bar cercano a la Plaza Vieja, una de las más encantadoras de La Habana Vieja. Allí, entre música, cócteles y el bullicio cubano, se cierra una ruta que ha sido tanto un paseo cultural como una inmersión sensorial en la esencia nocturna de la capital.

Un homenaje espontáneo a la Habana que se saborea con los cinco sentidos.