Tu aventura comienza en el muelle de Chioggia, donde te recibirá tu patrón, un navegante local que no solo conoce las aguas como la palma de su mano, sino que te guiará con cercanía y pasión. A bordo de una embarcación acogedora y sin multitudes, dejarás atrás el bullicio para adentrarte en la cara más auténtica de la laguna veneciana.
A medida que avanzas, navegarás junto a la reserva natural de Ca’ Roman, un entorno protegido de vegetación exuberante y hábitat de numerosas aves. El silencio y la calma de este tramo te permitirán respirar aire puro y observar la laguna en estado casi salvaje.
Tu guía te irá mostrando rincones llenos de historia: uno de los más llamativos son los Murazzi, unos muros centenarios construidos por la Serenísima República de Venecia para proteger su frágil equilibrio con el mar. Esta obra de ingeniería tradicional, aún en pie, es un testimonio de cómo los venecianos han luchado durante siglos por convivir con el agua.
El paisaje cambia mientras te acercas a la isla de Pellestrina. Aparecen los criaderos de mejillones, casitas de pescadores construidas sobre pilotes, embarcaderos humildes y fachadas pintadas en tonos vibrantes. Esta isla, aún alejada del turismo masivo, conserva una vida local tranquila, conectada con la pesca y las tradiciones.
Una vez allí, desembarcarás para recorrer libremente sus calles, sentir el ritmo pausado de la isla y, si lo deseas, tomar algo frente al mar. Es un lugar perfecto para pasear cámara en mano, buscar detalles entre las fachadas y observar escenas cotidianas sin artificios.
Este recorrido es ideal si buscas una conexión real con la laguna, sin prisas ni ruido. Ya sea que te apasione la naturaleza, la historia o simplemente quieras parar el tiempo, esta travesía te regalará un recuerdo auténtico y duradero.