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Todo lo que puedes hacer en Cabo de Gata
Información útil
El Cabo de Gata se encuentra en la provincia de Almería, en el extremo suroriental de la península ibérica. Forma parte de un parque natural marítimo-terrestre que protege tanto la línea de costa como el interior volcánico. Su mayor singularidad es precisamente ese origen volcánico, visible en los acantilados, calas y formaciones rocosas que se adentran en el Mediterráneo. A esto se suma un clima desértico, con escasas lluvias al año, que crea un paisaje único en Europa. El resultado es un entorno de contrastes: playas vírgenes, dunas, salinas y pequeños pueblos blancos que conservan el carácter tradicional del litoral almeriense.
El parque cuenta con decenas de playas y calas, cada una con su propio atractivo. Algunas son extensas y de fácil acceso, mientras que otras se esconden entre acantilados y requieren caminar un poco para alcanzarlas. Entre las más visitadas destacan Mónsul y Los Genoveses, reconocidas por su arena fina y su entorno natural sin construcciones. También son muy populares Cala de Enmedio o Cala del Plomo, donde el acceso es más limitado y la tranquilidad está asegurada. Lo importante es tener claro que el Cabo de Gata ofrece variedad: desde playas familiares con servicios básicos hasta rincones aislados donde la naturaleza se conserva intacta.
En general, la mayor parte del parque es de libre acceso y puede visitarse sin necesidad de autorización especial. Sin embargo, hay áreas concretas de carácter más sensible, como senderos que atraviesan zonas de nidificación o reservas marinas, en las que se aplican restricciones puntuales. Durante los meses de verano también se regulan los accesos en coche a algunas playas para evitar aglomeraciones y proteger el entorno. En estos casos se habilitan lanzaderas o zonas de aparcamiento disuasorio. Lo recomendable es consultar siempre la información actualizada del Parque Natural antes de organizar la visita, ya que las normas pueden variar en función de la época del año o de las necesidades de conservación.
El coche es una opción para desplazarse entre los pueblos y los accesos principales del parque, ya que las distancias pueden ser largas y las temperaturas altas en verano. Existen carreteras señalizadas que conectan las zonas más importantes. No obstante, el acceso en vehículo está restringido en ciertos tramos, sobre todo hacia playas protegidas. En estos casos la última parte del recorrido debe hacerse a pie o en transporte habilitado. Esto no solo protege el ecosistema, también garantiza una experiencia más tranquila para los visitantes. En definitiva, el coche es útil para moverse por la zona, pero siempre hay que tener en cuenta que no todas las rutas permiten llegar directamente hasta la arena.