Inaugurado en 1902, es uno de los parlamentos más grandes de Europa y un símbolo de la independencia húngara. Su estilo neogótico, con influencias renacentistas y barrocas, lo convierte en uno de los edificios más reconocibles de la ciudad. Su ubicación junto al Danubio refuerza su carácter monumental, integrándose en el paisaje urbano de Budapest.
