Murano es famosa por su tradición vidriera, con talleres que mantienen técnicas artesanales desde hace siglos. Burano destaca por sus casas de colores vivos, que han convertido a la isla en uno de los lugares más fotogénicos de la laguna. Torcello, en cambio, ofrece un ambiente más tranquilo y vestigios históricos que recuerdan los orígenes de Venecia. Cada isla aporta una experiencia distinta, lo que convierte la visita conjunta en un recorrido variado por la historia y la cultura venecianas.
