Se conocen como el “jardín de Europa” por su enorme extensión dedicada a la floricultura. Cada primavera, millones de tulipanes y otras flores transforman el espacio en un mosaico de colores, convirtiéndolo en uno de los jardines más visitados del mundo. Su fama se debe tanto a la belleza natural como a la tradición neerlandesa de cultivar y exportar flores, lo que ha hecho de Keukenhof un emblema de Países Bajos.
