Vista detallada de la Catedral de Santa María del Fiore y su impresionante cúpula

Tours a pie y visitas guiadas: Duomo de Florencia

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El Duomo de Florencia, conocido oficialmente como la Catedral de Santa Maria del Fiore, es la iglesia más importante de la ciudad y uno de los monumentos más representativos de Italia. Su construcción comenzó a finales del siglo XIII y se prolongó durante siglos, reflejando el poder económico y cultural de Florencia en el Renacimiento. Lo que más llama la atención es su cúpula, diseñada por Filippo Brunelleschi, que en su tiempo fue un desafío técnico sin precedentes y todavía hoy se considera una de las grandes obras maestras de la arquitectura mundial. Su silueta domina el horizonte florentino y simboliza la grandeza de la ciudad en la época en que se convirtió en centro del arte y el pensamiento europeo. El conjunto lo completan la fachada de mármol policromado, el Campanile de Giotto y el Baptisterio de San Giovanni, formando un conjunto monumental que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Sí, es posible subir a la cúpula y la experiencia es una de las más recordadas por quienes visitan Florencia. El ascenso se realiza por una escalera interior de más de 400 peldaños, que serpentea entre muros estrechos y pasadizos ocultos en la propia estructura. Durante la subida se atraviesan zonas que permiten contemplar de cerca los frescos del Juicio Final que decoran el interior de la cúpula. Estos detalles, que normalmente solo se aprecian desde el suelo, se descubren con una perspectiva privilegiada. Al llegar a la cima, el esfuerzo se ve recompensado con una de las panorámicas más impresionantes de la ciudad: los tejados rojizos de Florencia, el río Arno y las colinas toscanas que rodean la urbe.

El interior del Duomo sorprende por su amplitud y sobriedad en comparación con el exterior. La nave principal está marcada por líneas claras que resaltan la monumentalidad del edificio y dirigen la mirada hacia la cúpula. Uno de los elementos más destacados son los frescos de Giorgio Vasari y Federico Zuccari en la cúpula, que representan el Juicio Final con gran dramatismo y riqueza de detalles. También destacan las vidrieras, diseñadas por algunos de los artistas más célebres del Renacimiento. El pavimento de mármol, con sus formas geométricas, completa la impresión de grandiosidad y demuestra la atención al detalle característica de la Florencia renacentista.

El acceso al interior del Duomo se ha adaptado en parte para facilitar la entrada a personas con movilidad reducida. Existen rampas y entradas específicas que permiten acceder a la nave principal sin grandes dificultades. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunos de los espacios más emblemáticos, como la subida a la cúpula o al Campanile, no cuentan con ascensor ni soluciones adaptadas, debido a las propias limitaciones de un edificio histórico de estas características. Por ello, aunque la catedral en sí misma puede visitarse, no todas las áreas del conjunto monumental están adaptadas a todos los públicos.