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Todo lo que puedes hacer en Ribeira Sacra
Información útil
Las Rías Baixas reúnen algunos de los paisajes más singulares de Galicia, donde conviven el litoral atlántico y un patrimonio cultural muy ligado a la vida marinera. Destacan pueblos como Combarro, con sus hórreos frente al mar, o Cambados, capital del albariño y punto de partida para recorrer sus bodegas y pazos históricos. También forman parte esencial de cualquier itinerario las Islas Cíes, integradas en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas y conocidas por sus playas de aguas claras y arenas finas. La riqueza del territorio se completa con rincones menos conocidos, como la villa de Tui en la frontera portuguesa, los jardines históricos de O Salnés o las rutas de los castros que permiten adentrarse en el pasado prerromano. Esta diversidad convierte a las Rías Baixas en un destino que combina naturaleza, historia y tradición en cada etapa del recorrido.
La denominación “Ribeira Sacra” procede de la intensa presencia monástica que desde la Edad Media marcó el desarrollo de la región. Los monasterios benedictinos y cistercienses no solo dejaron un legado arquitectónico de gran valor, sino que también influyeron en la organización del territorio, impulsando la agricultura en bancales y la viticultura. Entre los más destacados se encuentran San Pedro de Rocas, uno de los más antiguos de Galicia, excavado en la roca, y Santa Cristina de Ribas de Sil, que conserva un magnífico ejemplo de románico rural. Estos cenobios, además de su relevancia espiritual, ofrecen una ventana única para comprender cómo se tejió la relación entre paisaje, religión y vida cotidiana.
Existen varias maneras de recorrer la Ribeira Sacra. Una de las más populares son las rutas en catamarán que navegan por los cañones del Sil, ofreciendo una perspectiva distinta de las laderas cubiertas de viñedos. También destacan los itinerarios a pie por los senderos tradicionales, como la ruta de los miradores o los caminos que conectan antiguos monasterios. Otra opción es recorrer en coche los diferentes valles, enlazando paradas en bodegas, miradores y pequeños pueblos. Esta variedad de recorridos permite adaptar la visita tanto a quienes buscan un contacto más pausado con el paisaje como a los que prefieren una aproximación más cultural o enoturística.
El vino es uno de los símbolos más reconocibles de la Ribeira Sacra. La viticultura heroica, llamada así por la dificultad de cultivar en pendientes extremas, ha forjado un carácter único en los vinos locales, especialmente en tintos de variedades autóctonas como la mencía. Este esfuerzo humano, unido a las condiciones naturales del territorio, se traduce en una producción limitada y de gran calidad. El vino no solo es un producto, sino también parte de la experiencia de viaje. Visitar bodegas familiares, participar en catas y recorrer los viñedos en terrazas son actividades que permiten comprender la estrecha relación entre paisaje, tradición y cultura vitivinícola.