La Basílica es el principal templo religioso de la ciudad y una de las muestras más espectaculares del arte bizantino en Europa. Fue construida en el siglo XI para albergar las reliquias de San Marcos, convirtiéndose desde entonces en un emblema espiritual y político de Venecia. Su ubicación en la plaza homónima refuerza su papel como corazón religioso y cívico de la ciudad, integrando arte, historia y poder en un mismo espacio monumental.
