Este macizo montañoso, compartido por Asturias, Cantabria y León, fue el primer Parque Nacional declarado en España en 1918. Su valor radica en la combinación de naturaleza abrupta, historia cultural y pueblos tradicionales que se han mantenido vinculados a la montaña durante siglos. Su nombre, según la tradición, procede de los marineros que veían estas cumbres como referencia al regresar desde el océano, lo que subraya su carácter simbólico.
